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La agricultura enfrenta heladas, costos altos y falta de mano de obra

En el Día de la Agricultura Nacional, el ingeniero agrónomo Sebastián Márquez describió la situación actual del sector frutihortícola y tabacalero en Jujuy: habló del impacto de las heladas, los precios bajos y los desafíos de mantener empleo rural calificado.

En diálogo con Jujuy se Mueve, Sebastián Márquez, ingeniero agrónomo y productor agrícola de la zona de El Carmen, explicó cómo las heladas tempranas y la ola polar afectaron la cosecha de frutilla y tabaco. “Tuvimos pérdidas, sobre todo en zonas como Pampitas y El Cadillal, pero es algo esperable para la época”, contó.

A pesar del frío, Márquez destacó que la temporada de frutilla está recién comenzando, pero el contexto económico complica la rentabilidad: “Estamos vendiendo la frutilla al mismo precio que el año pasado, pero con costos en dólares mucho más altos, sobre todo insumos, combustibles y energía”.

Según el productor, la situación del mercado interno no ayuda: “El mercado está deprimido por la falta de pesos. Incluso un exceso de producción puede bajar más los precios, porque la demanda está débil”. Además, explicó que, aunque se había anunciado la quita de retenciones para algunas economías regionales, en la práctica los costos impositivos siguen siendo altos, lo que resta competitividad frente a productos importados.

Márquez subrayó además otro problema: la falta de trabajadores rurales calificados. “Hoy es muy difícil conseguir mano de obra calificada y con experiencia. Nosotros mantenemos al personal en blanco gracias al fondo del tabaco, y rotamos cultivos para que tengan trabajo todo el año y podamos mantenerlos”, explicó. Aun así, muchos trabajadores migran hacia otras provincias como Neuquén o Mendoza, tentados por la construcción o la minería. “El trabajo en el campo no es fácil, y cada vez hay menos gente dispuesta a hacerlo”, remarcó.

El ingeniero también hizo hincapié en la diferencia entre el precio de salida de la finca y lo que paga el consumidor: “Somos tomadores de precios, no formadores. El mercado es el que dice cuánto es lo máximo que se puede pagar por cierto producto y el último eslabón que recibe esa información somos nosotros. El consumidor termina pagando caro igual, pero el productor recibe lo mismo o menos”. Otro punto crítico es la competencia de frutas y verduras importadas. “Si no mejora la carga fiscal, va a ser difícil competir con productores de Brasil, Chile o Paraguay. Necesitamos que el mercado interno se reactive para sostener precios justos”, advirtió.

Con la llegada de las bajas temperaturas y un mercado interno aún lento, los productores jujeños se enfrentan a una infinidad de desafíos. Aun así, siguen apostando a sostener la actividad agrícola para que la producción local llegue a las mesas y sostenga miles de puestos de trabajo en la provincia.

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