Colegios privados continúan con problemas aunque con un pequeño acomodamiento en la gestión
Diego López, integrante de la Asociación jujeña de instituciones educativas privadas, se refirió a la situación actual de estas instituciones en la provincia.
Si bien López afirmó que estamos en la bajada de la ola, con los altos niveles de inflación que se registraron desde el 2022 fue difícil para todas las instituciones públicas de gestión privada mantener la matrícula, los aranceles mensuales, porque estos colegios dependen mucho de la escala salarial que determine el gobierno provincial.
Al estar incorporados al sistema formal de educación están obligados a pagar de acuerdo a lo que define el gobierno. Los colegios se han tenido que ir acomodando a este factor, sumado al costo del mantenimiento de los propios establecimientos, gastos en seguridad, sanitarios, calefacción y otros servicios.
Hoy estamos en un escenario más calmado, dijo López. Hay colegios con un costo operativo que puede ser alto, con cuotas altas, pero eso entra dentro de los arreglos de cada comunidad educativa que quizás tenga otra política salarial.
El referente afirmó que van a haber aumentos el resto del año pero no de la misma forma en la que se dieron los anteriores. Se observa mucha morosidad, la gente quiere pagar pero tiene que pedir prorrogas porque no pueden hacerle frente al pago de las cuotas por la pérdida del poder adquisitivo.
Otra situación que se observa son las migraciones entre colegios privados. Hay quienes se van de aquellos colegios con cuotas altas a uno que tenga una cuota más económica. Por ello desde la entidad que los nuclea vienen desarrollando planes de acción como becas que en algunos caso que llegan al 100% de la cuota mensual.
Es difícil generar sentido de pertenencia con dinero, dijo López. Es cruel para los chicos no saber si seguirán en el colegio por la dificultad de no pagar una cuota o sentir la presión de esperar una solución por parte de sus padres.
La mayoría de los colegios de gestión privada no tiene subvención del Estado, afirmó el docente, como si lo tienen los colegios confesionales. Así es más fácil para poder pagar los sueldos, mientras que a los colegios de gestión privada se les exige calidad educativa, presentismo, incluso cuando en muchas ocasiones ocupan el rol de los clubes por sus múltiples actividades. Pero debemos subsistir en esas condiciones, expresó López.
Algo que aclaró el docente es que el sistema de boucher que lanzó el Gobierno nacional es solo para colegios subvencionados, dejando afuera a la gran mayoría de las instituciones educativas de gestión privada de Jujuy.
Intentando buscar soluciones, desde la entidad pudieron observar que hay colegios que pensaron en la reducción de divisiones y de algunas actividades extracurriculares. El tema alquileres es otro difícil condicionante a tener en cuenta, por sus precios.
Después de la promulgación de la ordenanza municipal que exigía que aquellos colegios ubicados en el centro capitalino y que no son propietarios de los inmuebles donde funcionan debían trasladarse a otras zonas porque se consideraba que entorpecían el tránsito en el casco céntrico, se les dio un plazo de 10 años para buscar una solución pero el municipio mientras tanto mantiene espacios como estaciones expendedoras de combustibles que pueden llegar a ser más peligrosas para la gente. Una cosa inentendible.