SALUD

Esta es la relación que tiene la comida con el estado de ánimo, según Harvard

Expertos indican que al proteger la salud digestiva estamos fortaleciendo también la salud emocional.

La indagación sobre la alimentación no se concentra únicamente a sus efectos fisiológicos, sino que abarca una esfera más amplia que incluye su repercusión en el estado de ánimo. 

Esta perspectiva, distinta y reveladora, es la que presenta un estudio desarrollado por la Universidad de Harvard, cuyos expertos han dedicado sus esfuerzos a desentrañar la intrincada relación entre lo que consumimos y cómo nos sentimos.

En un panorama donde tradicionalmente se ha asociado la alimentación con la nutrición del cuerpo, surge una nueva mirada que reconoce el papel fundamental de los alimentos en la salud emocional. 

Instituciones de renombre como el Instituto Mayo Clinic coinciden en que los trastornos del estado de ánimo, desde la depresión hasta el trastorno bipolar, tienen un impacto profundo en la esfera emocional de los individuos. Sin embargo, este estudio va más allá, explorando cómo la alimentación puede influir directamente en este aspecto crucial de la vida humana.

Vínculo entre la alimentación y el bienestar emocional, según Harvard

El informe titulado ‘Psiquiatría nutricional: tu cerebro en la comida’, elaborado por los investigadores de Harvard, arroja luz sobre esta conexión tan subestimada. 

Según sus hallazgos, los alimentos no solo proveen energía al cuerpo, sino que también suministran los nutrientes esenciales que el cerebro necesita para funcionar de manera óptima. Desde vitaminas y minerales hasta otros compuestos presentes en ciertos alimentos, cada ingrediente desempeña un papel vital en la regulación de nuestro estado de ánimo.

Un dato destacado que emerge de esta investigación es que una parte significativa de la serotonina, el neurotransmisor asociado con la felicidad y el bienestar, se produce en el tracto gastrointestinal. 

Dicho descubrimiento sugiere una estrecha conexión entre lo que comemos y cómo nos sentimos, con implicaciones profundas para nuestra salud mental. Así, cuidar de nuestra dieta no solo implica atender las necesidades físicas del cuerpo, sino también nutrir nuestro bienestar emocional desde adentro.

Desde esta perspectiva, el estudio de Harvard refuerza la idea de que una alimentación saludable, rica en alimentos frescos y fermentados, puede ser un escudo contra la depresión y otros trastornos del estado de ánimo. La premisa es clara: al proteger la salud digestiva, estamos fortaleciendo también nuestra salud emocional, creando un círculo virtuoso que potencia nuestro bienestar integral.

Sin embargo, el vínculo entre la alimentación y el estado de ánimo no es unidireccional. La investigación también revela que nuestras emociones pueden impactar negativamente en nuestra salud digestiva, creando un ciclo de retroalimentación que puede ser difícil de romper. La tristeza, la ira o la ansiedad, cuando son persistentes, pueden desencadenar problemas digestivos que, a su vez, afectan nuestro estado de ánimo, generando un ciclo perjudicial para nuestra salud general.

Ante este panorama, encontrar el equilibrio se vuelve crucial. Cuidar de nuestra alimentación no solo implica satisfacer nuestras necesidades físicas, sino también cultivar una relación armoniosa entre lo que comemos y cómo nos sentimos. 

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