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Rastrean las Huellas de África en el valle jujeño

En el año 1.779, los africanos conformaban el 30% de la población jujeña.

Para el año 2.010 menos del 2% de los jujeños se reconocía afrodescendiente. No obstante, un grupo de investigadores asegura que las raíces africanas se hallan muy presente en nuestra provincia.

Daniela Delfín, Profesora de Teatro y Percusión, es una de las encargadas de realizar la investigación “Tras las huellas de África en el valle jujeño” mediante la cual busca rastrear la inmigración africana en la provincia.

Según indicó Delfín, la inmigración africana a Argentina se dio en tres oleadas:
Entre 1777 y 1812 entraron al puerto de Buenos Aires y Montevideo más de 700 barcos, con 72 mil esclavos africanos. Algunos provenientes de la zona sur del Ecuador, Angola, Congo y Mozambique, y otros del sudeste de África. Los descendientes que se quedaron forman parte de lo que el antropólogo Norberto Pablo Cirio denomina como los afroargentinos de tronco colonial.

Una segunda migración sucedió con la llegada de los europeos, en el siglo XIX, principios del XX y luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. La mayoría fueron hombres y mujeres provenientes de Cabo Verde, que ingresaron no como esclavos, sino como ciudadanos libres, pero huyendo de la colonización portuguesa y de las condiciones de hambre y miseria que había en sus islas.

Finalmente, en la década del’90, arribaron a la Argentina las llamadas “nuevas migraciones africanas”, a los que denominamos comúnmente como “los senegaleses”, a pesar que sus países de origen son Mali, Senegal, Mauritania, Liberia y Sierra Leona. En su mayoría son varones jóvenes que vinieron en busca de nuevas oportunidades y mejores condiciones de vida.

Tomando como referencia esta información, Delfín indicó: “Según datos del Archivo Histórico de Jujuy, el primer censo de la provincia realizado en el año 1.779 arrojó que en Jujuy el 30% de la población era africana. Esta porción de la población se hallaba asentada en Perico, San Pedrito y, en menor medida, en la puna. En su gran mayoría eran esclavos, y se los categorizaba según mulatos, negros, pardos y criollos”.

“Sin embargo, para el censo nacional del año 1.869 y del 1.895, solo había 1.172 africanos en todo el territorio argentino. Se cree que la población afroargentina disminuyó a causa de las guerras civiles y matanzas internas, como así también al mestizaje con el indio”, manifestó Delfín.

Lejos de asegurar que las raíces afro hayan desaparecido de Jujuy, la investigadora expresó “las calles jujeñas muestran que la descendencia africana está presente, no solo en rasgos físicos como el color de la piel, lo rizado del pelo o la forma de la nariz. Si revisamos el álbum de fotos familiar o indagamos sobre los apellidos de nuestros parientes hay probabilidad que se halle un antepasado africano”, concluyó.

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