Estudian los diques y el agua usada por Exar
Haciendo uso de la Limnología, en la provincia trabajan de manera articulada la UNJu, la Agencia de Desarrollo Sostenido de los Diques de Jujuy e integrantes de comunidades originarias.

Nelly Vargas, Directora del Laboratorio de Limnología y Ecología Acuática de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNJu, explicó que “tanto en aguas dulces y saladas existe una ‘cadena trófica’ compuesta por un gradiente de microalgas e invertebrados. Lo que hacemos desde la Limnología es utilizar esta cadena como indicador ambiental para medir los cambios que se estén produciendo en el ambiente acuático”.
“En el caso de los diques, el seguimiento lo realizamos de manera coordinada con la Agencia de Desarrollo Sostenido de los Diques de Jujuy. Si bien por ahora no observamos un desequilibrio ambiental en ninguno de los diques, de continuar la sequía y las altas temperaturas se producirá un crecimiento desmedido de la cianobacteria microcystis aeruginosa. Esto ocasionará que el agua tome un color verde flúor y solo algunas especies de peces puedan sobrevivir mientras dure el fenómeno”, indicó Vargas.
“Respecto a las aguas de la puna, desde el año 2010 venimos haciendo un seguimiento de las aguas saladas usadas por las explotaciones de litio, y desde 2016 hacemos un seguimiento de la minera Exar. Se trata de un trabajo articulado entre el gobierno provincial, la universidad y los veedores comunitarios que son integrantes de las comunidades originarias encargados de presenciar los estudios y comunicar los resultados mediante asamblea a sus respectivas comunidades”, sostuvo la especialista.
Vargas indicó que el trabajo en los salares se lleva adelante de la siguiente forma: “cuatro veces al año seleccionamos una muestra con cuerpos acuáticos de los distintos proyectos mineros de Jujuy y Salta con el objetivo de analizar posibles alteraciones en la cadena trófica de las aguas saladas. Una vez que tenemos los resultados, los distribuimos al gobierno y a los veedores comunitarios”.
“Debido a que la actividad de Exar es reciente, hasta ahora no encontramos alteraciones en la cadena trófica de las aguas saladas. No obstante, en caso de haber efectos negativos de la minera los iremos conociendo a más tardar el año siguiente”, concluyó
Haciendo uso de la Limnología, en la provincia trabajan de manera articulada la UNJu, la Agencia de Desarrollo Sostenido de los Diques de Jujuy e integrantes de comunidades originarias.
Nelly Vargas, Directora del Laboratorio de Limnología y Ecología Acuática de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNJu, explicó que “tanto en aguas dulces y saladas existe una ‘cadena trófica’ compuesta por un gradiente de microalgas e invertebrados. Lo que hacemos desde la Limnología es utilizar esta cadena como indicador ambiental para medir los cambios que se estén produciendo en el ambiente acuático”.
“En el caso de los diques, el seguimiento lo realizamos de manera coordinada con la Agencia de Desarrollo Sostenido de los Diques de Jujuy. Si bien por ahora no observamos un desequilibrio ambiental en ninguno de los diques, de continuar la sequía y las altas temperaturas se producirá un crecimiento desmedido de la cianobacteria microcystis aeruginosa. Esto ocasionará que el agua tome un color verde flúor y solo algunas especies de peces puedan sobrevivir mientras dure el fenómeno”, indicó Vargas.
“Respecto a las aguas de la puna, desde el año 2010 venimos haciendo un seguimiento de las aguas saladas usadas por las explotaciones de litio, y desde 2016 hacemos un seguimiento de la minera Exar. Se trata de un trabajo articulado entre el gobierno provincial, la universidad y los veedores comunitarios que son integrantes de las comunidades originarias encargados de presenciar los estudios y comunicar los resultados mediante asamblea a sus respectivas comunidades”, sostuvo la especialista.
Vargas indicó que el trabajo en los salares se lleva adelante de la siguiente forma: “cuatro veces al año seleccionamos una muestra con cuerpos acuáticos de los distintos proyectos mineros de Jujuy y Salta con el objetivo de analizar posibles alteraciones en la cadena trófica de las aguas saladas. Una vez que tenemos los resultados, los distribuimos al gobierno y a los veedores comunitarios”.
“Debido a que la actividad de Exar es reciente, hasta ahora no encontramos alteraciones en la cadena trófica de las aguas saladas. No obstante, en caso de haber efectos negativos de la minera los iremos conociendo a más tardar el año siguiente”, concluyó