Freddy Berdeja, cosecretario regional, detalla los ejes de trabajo de la central obrera: lucha contra la precarización laboral y una agenda clara para el sector público y privado.
La Confederación General del Trabajo (CGT) regional Jujuy está trabajando en una agenda de ocho puntos, divididas entre el sector público y privado, con el fin de fortalecer el movimiento sindical y mejorar las condiciones laborales en la provincia. En una entrevista exclusiva, Freddy Berdeja destacó los avances y desafíos que enfrenta la organización, que logró normalizarse hace cuatro años, tras dos décadas de inactividad.

Uno de los principales logros del sector privado es la implementación de un protocolo con la Secretaría de Trabajo para intensificar las inspecciones en empresas, con el objetivo de erradicar el trabajo en negro y garantizar la correcta inscripción de los empleados. Además, se habilitó un área de violencia laboral que permitirá a cada sindicato presentar protocolos específicos adaptados a sus propios sectores.
En el ámbito público, Berdeja hizo hincapié en la necesidad de que el gobierno provincial cumpla con la ley 5863, que regula las negociaciones paritarias. El dirigente criticó la «mala costumbre» de los gobiernos de limitar las discusiones a simples conversaciones salariales, sin darles un marco legal adecuado. Según Berdeja, la formalización de las paritarias a través de actas es crucial, ya que refleja las posturas de cada sindicato, las negociaciones y los acuerdos alcanzados. «La historia del sindicato está en los libros de actas», afirmó, subrayando que esta formalidad permite a los dirigentes rendir cuentas a sus afiliados.
El cosecretario regional también abordó la preocupación por la inflación, señalando que los aumentos salariales no pueden basarse únicamente en índices cuestionables, sin considerar la notable pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. No obstante, en un contexto político y económico complejo, Berdeja enfatizó que la principal prioridad de los sindicatos hoy es la defensa de las fuentes de trabajo y la protección de la institucionalidad gremial frente a lo que considera un «avasallamiento» por parte del gobierno nacional. «Si perdés la fuente de trabajo, no vas a poder discutir nada», concluyó.