POLICIALES

Entraron a robar a una escuela y se quedaron a cocinar y comer

El insólito hecho se registró en una escuela primaria de Parapetí en San Pedro de Jujuy.

Un hecho tan llamativo como indignante sacudió a la comunidad educativa del departamento San Pedro, luego de que una escuela primaria fuera escenario de un robo con características poco habituales. No sólo hubo destrozos y faltantes, sino que quienes ingresaron ilegalmente al establecimiento se tomaron el tiempo de preparar y consumir alimentos antes de huir.

El episodio salió a la luz en las primeras horas de este jueves, cuando docentes y personal auxiliar llegaron a la Escuela Primaria Nº 293 “Justo José de Urquiza”, ubicada en el paraje Parapetí. Al ingresar, se encontraron con un panorama desolador que evidenciaba que durante la noche alguien había recorrido el lugar con absoluta tranquilidad.

De acuerdo a información oficial, los intrusos habrían accedido por el sector trasero del predio y forzado el acceso a la cocina. Allí provocaron daños y sustrajeron alimentos, entre ellos carne y pollo almacenados para el funcionamiento diario del comedor escolar. Sin embargo, lo que más sorprendió fue que utilizaron utensilios y elementos del propio establecimiento para cocinar y alimentarse dentro de la escuela, como si se tratara de su propio espacio.

Antes de retirarse, también intentaron llevarse una pantalla tipo monitor que se encontraba asegurada, aunque no lograron concretar ese último objetivo. El desorden y las huellas dejadas en el lugar fueron suficientes para confirmar que los delincuentes permanecieron allí durante un tiempo considerable.

Ante la situación, la directora del establecimiento dio inmediato aviso a la policía. Efectivos de la Seccional Nº 25 de La Esperanza intervinieron en el lugar y comenzaron con las actuaciones de rigor. Por disposición del ayudante fiscal del Ministerio Público de la Acusación, se tomaron declaraciones al personal y a vecinos de la zona, además de avanzar en la búsqueda de registros fílmicos que permitan identificar a los responsables.

El hecho generó preocupación y malestar en la comunidad educativa, no sólo por el robo, sino por la vulnerabilidad en la que quedó expuesta una institución destinada a la formación y contención de niños y niñas.

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