ECONOMÍA

«El impuesto al cheque es una aberración»

El economista Francisco Lamas explicó que la altísima presión impositiva en Argentina genera un «círculo vicioso» que obliga a las empresas a evadir. Advirtió que la informalidad en Jujuy ronda el 40% y que muchos comercios «se fundirían» si tuvieran que pagar todos los impuestos.

economista y docente Francisco Nicolas Lamas

El economista y docente Francisco Lamas analizó la crítica situación fiscal de Argentina, asegurando que la asfixiante carga impositiva es la principal razón por la cual la recuperación macroeconómica no se siente en el bolsillo de la gente. Tras analizar un video que comparaba los impuestos de Argentina (21% de IVA, 35% de Ganancias, 1.2% a los débitos y créditos) con los de Paraguay (10% de IVA, 10% de Renta, 0% a los débitos), Lamas calificó el sistema argentino como un círculo vicioso.

«La altísima presión fiscal que tenemos te lleva a vos, a toda la economía, a actuar al margen de la ley, evadir, eludir impuestos«. Explicó que esto genera una masiva economía sumergida, estimando que en Jujuy la informalidad «ronda el 40%, es una locura«. Esta situación, explica Lamas, provoca que la alta presión fiscal y la informalidad se retroalimenten: el Estado debe cobrar alícuotas altísimas a los contribuyentes formales para compensar la evasión. Advirtió que, en la situación actual, «un muy buen porcentaje de los comercios que vemos acá en la provincia, si no estuviesen en negro, si no fueran evasores, se fundirían«.

El economista introdujo además el concepto de la «curva de Laffer«, una teoría que sostiene que existe una tasa impositiva óptima que maximiza la recaudación. Lamas aseguró que Argentina está muy por encima de ese punto óptimo, lo que significa que si se aumentan las alícuotas, se recauda menos. Por ello, propuso que una baja de impuestos podría, paradójicamente, aumentar la recaudación al incentivar a la economía informal a volver a flotar.

«Bajar impuestos no quiere decir siempre que vas a recaudar menos«.

Lamas fue especialmente crítico con el Impuesto al Cheque (formalmente Impuesto a los Débitos y Créditos), al que calificó como «una aberración absoluta«. Explicó que este impuesto, creado por Cavallo en 2001, se aplica a todas las operaciones bancarizadas y desincentiva la inversión y el uso del sistema financiero formal. «Esa plata es plata que queda marginal, que no se utiliza de manera óptima para financiar a la gente que sí necesita ese recurso y eso le hace que tengas tasas de interés más altas«.

Consultado sobre el momento adecuado para una reforma, Lamas fue contundente: «Yo me tiraría un piletazo y empezaría a bajar impuestos«. Sugirió que el gobierno debería aprovechar el aumento de recaudación producto del crecimiento económico para «empezar a progresivamente eliminar impuestos, arrancando por los peores, los más distorsivos«.

Finalmente, Lamas criticó duramente una propuesta reciente de cobrar un 10% a las extracciones de efectivo. Calificó la idea como un «atentado» contra el buen criterio, argumentando que, lejos de combatir la informalidad, provocaría una corrida bancaria y un aumento del uso de efectivo «para que el Estado no devore los fondos«.

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